¿Qué es la investigación independiente?

Man giving a lecture in front of screen

Antes de empezar

Expresiones bioculturales es una plataforma de investigación independiente y colaborativa para la restauración ecosistémica. Desde hace tiempo he tenido interés en escribir algunas respuestas, comentarios y algunos otros cuestionamientos relativos a la empresa de hacer investigación independiente. Recientemente, supongo que porque traigo muy presente este tema en la cabeza, han habido algunas conversaciones que me han motivado a concluir este texto. Por ahora.

El siguiente artículo toca cuestiones acerca de la validez de la investigación independiente (e investigación formal), la filosofía de la ciencia, además de formas alternativas de producción y socialización de conocimiento, pluriepistemología.


¿Qué es la investigación independiente?


El contexto

Frecuentemente la gente me pregunta, ¿qué es un investigador independiente? En la mayor parte de los casos es una curiosidad genuina por entender que significa el adjetivo independiente y qué es lo que hago. En algunos otros, es un cuestionamiento de sospecha o menoscabo a esta forma de vida. Porque sobre todo es una forma de vida integrada, no es una manera de trabajo ni de profesionalizar el quehacer. Para mí es un estilo de aprendizaje, creación y divulgación de conocimiento basado en la dignidad de coexistir.

Una vez un amigo cercano me dijo “tampoco es que hagas investigaciones de doctorado”, como si mi investigación tuviera menos valor o relevancia. No lo tomé mal, él no tenía mala fe. Me di cuenta que él no estaba entendiendo muy bien qué es lo que yo estaba haciendo. Tal vez tampoco yo lo llego a entender con toda claridad.

Decirse independiente solo tiene sentido en el mundo que vivimos en la actualidad. Un lugar en el que la vida cotidiana de las clases medias urbanas se experimenta en gran proporción a través de la mediación de productos y servicios de una industria ávida por satisfacer las necesidades de estos individuos. Y eso está bien. (Hasta cierto punto: digamos, el punto de devastación ambiental o aprovechamiento mezquino de otras vidas humanas y no humanas.) Hay una industria alimentaria que provee materias primas, abarrotes y canastas básicas; una industria de transportación que procura servicios especializados al grueso de la población; incluso podemos encontrar dentro de el sector terciario, de servicios, una industria cultural promovida por el gobierno o grandes fundaciones filantrópicas o grandes negocios que ofertan servicios editoriales, plásticos, literarios y todo tipo de propuestas creativas y de recreación. Todas estas industrias son sistemas muy complejos. Consolidadas gracias a grandes esfuerzos operativos, logísticos, administrativos, de mantenimiento que funcionan debido a los ingresos de una enorme cantidad de recursos y también de altos costos de oportunidad. Algunos costos están totalmente ocultos, como por ejemplo, el costo de tener que dejar a tu familia o casa toda la semana por más de diez horas diarias con tal de que otro sistema funcione. Eso multiplicado por el número de trabajadores de aquella industria.



¿Qué es la investigación independiente?

Bajo este contexto surge la necesidad de pensar y actuar con alternativas diferentes. Algunas de estas formas son las que pueden caber dentro de la clasificación de lo independiente. Frecuentemente escuchamos acerca del cine independiente, pero no tanto sobre la investigación independiente porque de por sí la investigación y la búsqueda de conocimientos ya es una actividad “alternativa”. Claramente, no existe una definición contundente, más bien una serie de características y dinámicas asociadas a esta forma de pensamiento-acción. Es una cuestión de escala, pero no sólo; una cuestión de recursos administrativos y financieros, pero no solo. Por ejemplo, Charles Darwin fue en buena parte un investigador independiente, pero eso no quiere decir que trabajara con poco dinero en empresas de corto alcance. Lo mismo James Cameron y sus millonarios descensos a las profundidades del mar. Creo que las diferencias entre un sistema independiente o convencional se basan en jerarquías, subordinación, burocracia administrativa y autonomía en el proceso de toma de decisiones.

Pongamos el caso análogo de los proyectos artísticos. Independientes son aquellos formados por individuos o colectivos que gestionan de forma autónoma sus recursos, su administración, su proceso creativo y la forma en la que verá la luz pública el resultado, incluso si estos artistas son financiados por un tercero. Normalmente no son independientes las empresas u organizaciones que se someten a contratos extendidos de inversión, que están gestionadas por humanos diferentes en las áreas administrativas y directivas separados de las áreas operativas y creativas. Es decir, un creador u operador tendría que pasar las decisiones por el área de administración o directiva para saber si su idea es viable o no. Podemos percibir esta dinámica claramente en las editoriales grandes y productoras cinematográficas que están sometidas a un sistema de mercado, legal y burocrático que pueden quitar mucha libertad a quienes generan los productos creativos. Pero como dije anteriormente, no sólo es un tema de escala, ya que, por ejemplo existen editoriales que en comparación a la monstruosa casa de libros Penguin-Random House son miniatura, sin embargo su proceso administrativo-creativo depende de un nicho de mercado comercial que restringe con sus directivos financieros los procesos creativos para atender las expectativas de ese nicho.

Finalmente, ¿qué es la investigación independiente? ¿Ante qué otro sistema se posiciona? Los y las investigadoras independientes efectivamente cuentan con libertad creativa para realizar un proceso de investigación que en mi caso se realiza con métodos de las ciencias sociales y ecológicas. Particularmente, esta libertad me parece interesantísima porque en este caso hablamos de libertad epistemológica. Esto es muy emocionante porque existen muy pocos oficios que tienen la posibilidad de crear, experimentar y socializar otros sistemas de conocimiento. Es decir, el hecho de poder hacer investigación independiente ya detona un proceso de conocimiento diferente que se resume en estas palabras un tanto incomprensibles de libertad epistemológica.

La investigación independiente se posiciona frente a la investigación académica que surge desde las instituciones públicas y descentralizadas. Esta es la investigación establecida, normalizada y reconocida por un sector diverso de la población, por lo tanto convencional. También las empresas hacen investigación, pero sus procesos y resultados están supeditados a las expectativas de los directivos empresariales. Muchas investigaciones empresariales podrían ser evaluadas bajo la lupa del conflicto de interés o sesgos de confirmación puesto que lo que buscan es argumentar desde las bases científicas para vender más. El psiquiatra Allen Frances, documentó el caso de la industria farmacéutica y la medicalización de la vida en su libro “Saving Normal”. Esto no quiere decir que sea así en la mayoría de los casos, solo es un reconocimiento de que sucede así. En contraste la investigación independiente surge desde procesos autogestivos que no tienen que cumplir con expectativas jerárquicas, comerciales o burocráticas para poder realizarse.



Polémica entre la investigación convencional e independiente

Cuando mi labor es vista con ojos de sospecha o incertidumbre me pongo a pensar en la validez de lo que estoy haciendo, pero también en cómo esos sentimientos pueden venir acompañados de una actitud de idealización, junto con sesgos de conformación y autoridad hacia el trabajo de la academia. Por supuesto que existe la charlatanería, pero por igual en la academia y en el modelo independiente. Pero eso no hace menos cierto esta aseveración: la medida del conocimiento científico no debería ser la academia. El conocimiento científico es la investigación racional basada en evidencia revisada entre pares con experiencia en un área de estudio. Esta actividad puede suceder dentro de centros de investigación tanto como en un bar. Por un lado, a esto es a lo que me refiero con libertad epistemológica: no necesitar las mismas estructuras para poder acceder al conocimiento científico. La figura del “científico” es mítica porque no sabemos que la ciencia puede ocurrir de formas distintas a las convencionales.

Con la cantidad de saberes que hay allá afuera en organizaciones de base, colectivos, blogs, círculos de estudio, etcétera, es un sesgo muy grande voltear a ver como ciencia solamente los artículos que se producen en una universidad o instituto de investigación. Sí, las universidades son un modelo organizacional que ha mediado de una forma útil el proceso científico y ha sabido sistematizar y archivar el conocimiento, pero eso no quiere decir que sea el único lugar donde está. Este hecho es mejor entendido por las prácticas de la antropología y sociología, ya que el conocimiento al que acceden es tomado de la sabiduría popular.

Por otro lado, cuando mi labor es celebrada sin reflexión, mucha gente me dice “qué chido que seas independiente”, “que hagas las cosas a tu forma”. Pienso que me están dando un apapacho sin entender bien por dónde va la cosa. No quiero parecer mal agradecido, pero pienso que a veces somos condescendientes por el compromiso de quedar bien con la amistad y con el familiar. Por otro lado, porque son buenas personas que buscan empatizar y dar apoyo (lo agradezco).  Y por último, celebramos el proceso independiente por ignorancia porque no conocemos sus costos y la dificultad de ese camino. Y no estoy diciendo que este sea un camino necesariamente más difícil que el académico.

Los procesos de investigación independientes tienen sus propias trabas que incluso forman parte de la propia forma de generación, síntesis y difusión del saber. Por ejemplo, la precariedad laboral para las clases medias y bajas que buscan ser independientes, la falta de incentivos y voluntad para la financiación de proyectos, el alcance de la investigación y de la difusión. Estos factores tienen un papel en término epistemológicos de la propia investigación: no es lo mismo hacer un proceso de entrevista con dos pesos, ir y volver en un sólo día, que tener los recursos suficientes para poder pasar un buen tiempo e incluso retribuir el tiempo de los entrevistados.



¿Por qué la investigación independiente?

He escogido hacer investigación independiente porque el sistema que noté cuando era universitario no me provocó ganas de estar ahí. Por muy buena que sea la paga o amplio el alcance de los proyectos. Creo que para estar ahí hay que tener una gran tolerancia a la frustración burocrática y conformismo ante muchos de los sistemas de jerarquía que ahí se encuentran. Yo no tengo tolerancia a la burocracia ni pienso conformarme a esas jerarquías. De hecho creo que la validez epistemológica de los avances del conocimiento queda en juego por esas mismas razones.

No es muy bien sabido para la población en general, pero tener una posición académica de estatus en una buena universidad viene a un costo impresionante de recursos. Por ejemplo, como se lee en la página de Figuras Académicas de la UNAM (la universidad más grande de México) hay que pasar por un escalafón de posiciones como profesor de asignatura o investigación para poder ir ascendiendo de rango. No es una cuestión trivial debido a que con cada ascenso una persona tiene más horas de trabajo y mejores ingresos hasta que uno puede llegar a ostentar el rango más alto de investigador o profesor titular. Este ascenso está directamente relacionado con el nivel de estudios académicos, además de la cantidad de publicaciones que una persona haya realizado. En este sentido, podemos observar el sistema académico como un mercado de competencia y recompensas. Lo cual está bien, pero de nuevo, hasta cierto punto, el punto de la salud mental y la precariedad laboral bajo las cuales están sujetas las investigadoras e investigadores que se encuentran en la parte baja del escalafón y a veces también en la parte alta. Además en un sistema humano basado en la competencia y las recompensas la calidad epistemológica puede también quedar comprometida por buscar una mejor posición o mayor reconocimiento académico.

Two men posing for a photo in front of mezcal alembic

Después de una entrevista al maestro palenquero Gerardo de Sola de Vega.

Pero sin duda, la razón principal que me mantiene haciendo investigación independiente son las relaciones que he formado como método de entendimiento y contacto con el sistema de estudio. Esto es un posicionamiento epistemológico muy diferente en cuanto a los métodos de investigación convencionales. Al menos en mi caso para las investigaciones etnográficas y etnoecológicas que realizo. 

Para explicar esto puedo poner el clásico ejemplo de la antropología acerca de la perspectiva emic y etic, descripciones que se realizan desde el punto de vista de un nativo (emic), la segunda desde el punto de vista del analista externo (etic). Es obvio que ambas descripciones serán diferentes puesto que están vistas desde diferentes lugares. En mi caso comienzo relaciones a partir de una colaboración conjunta, a veces, incluso de la amistad. No asumo un rol de investigador, sino de colaborador. En términos de logística también es útil pues no hay un gran desembolso de recursos de una sola vez, sino que se va generando disposición conforme pasa el tiempo. Esta relación deriva en una mayor confianza, por lo tanto, aproximación diferente al saber. La posición jerárquica es muy diferente, ni siquiera hay necesidad de racinalizar una posición binaria de dentro o afuera porque uno se vuelve parte de los procesos propios de los colaboradores de la investigación. Uno de los requisitos para las investigaciones académicas formales es “devolver el conocimiento” hacia los informantes o pueblos de estudio porque un investigador toma los conocimientos y los lleva “afuera”. Yo no tengo esa responsabilidad. No la tengo porque yo no tengo nada que devolver puesto que mientras la investigación se va haciendo de manera colaborativa, los saberes son transparentes, de hecho son saberes mediados por nuestra relación de confianza. Las y los colaboradores están ahí no porque son pagados, sino porque confían y también están poniendo su cuerpo y mente en el trabajo, porque también es su propia vida. Esto es verdaderamente otra dimensión de conocer. 

En este sentido, la investigación no tiene fin. Normalmente la investigación es un medio para llegar al objetivo de la síntesis de conocimiento y al resultado final: un libro, un artículo, cualquier material donde se documenten las conclusiones. Sin embargo esta forma de investigación es la forma de hacer la vida misma, mientras que en el proceso se aprende en un entorno intercultural, se celebra, se colabora. Hasta las propias formas de divulgar los resultados se vuelven formas creativas de convivio y gozo. La documentación muchas veces se queda en nuestros cuerpos, en nuestras formas de hacer y relacionarnos: intangibles, pero reales, vivas.

Two people in front of screen giving a lecture

Una presentación sobre la ecología cultural de diferentes comunidades asociadas a la producción de maguey y mezcal



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