Guía: Cómo hacer una composta en una pequeña casa

¡Hacer composta es posible en una pequeña casa o departamento! Incluso si vivimos en una ciudad; aunque no tengamos terraza ni balcón ni jardín. No es necesario un amplio espacio para comenzar un sistema de compostaje. Lo único necesario es la voluntad.

Esta breve guía con imágenes de muestra aborda el proceso de compostaje desde una perspectiva sistémica. Esto significa que nos acercaremos al proceso como una gran red de interacciones geológicas, no sólo se detalla el método mecánico para hacer composta. Esto es importante para reconocer que la coexistencia no se lleva a cabo a través de procesos aislados. En un bosque el proceso de regeneración de la tierra no se lleva a cabo por una mano particular, sino por la interacción de diferentes organismos que interactúan entre sí. De cierta forma, hacer composta significa recobrar la conexión junto a diferentes organismos para hacer de nuestro suelos bosques.

En otras palabras, se busca re-entender la composta como un nodo que depende y tiene impacto en lugares específicos: un sistema alimentario, estilos de vida, ciclos de reciclaje de nutrientes, el ambiente o ecosistema donde se encuentra y una reconexión individual o familiar al servicio del lugar dónde vivimos, que incluye el bienestar de los demás y el de nosotrxs mismxs.



Guía para hacer composta en casa:

Vamos a concentrarnos en los sistemas de traspatio y de casas-habitación pequeñas. Normalmente cuando la gente habla de estos sistemas composteros habla sobre sistemas fríos, pequeños y que funcionan en función de aire.


Una mente-cuerpo con voluntad

El primer paso —y el más difícil— es generar la voluntad para hacer el trabajo. Lo más probable es que si estás leyendo este manual ese primer paso ya lo hayas dado. Pero tal vez necesitas más información, lecturas o videos didácticos para que te den ese gran empujón para generar la confianza para lograr la voluntad.

Tener la voluntad y manifestarla en el hecho de hacer una composta o cambios en nuestra vida para que los ciclos biogeoquímicos y nuestra relación con el ambiente se reconecté no es fácil porque no sólo depende de nosotrxs. El sistema educativo nos ha separado de estas labores de cuidado, nuestros trabajos diarios, así como las actividades de acompañamiento que hacemos a nuestra familia, parejas o amigos. De alguna forma parece que estas actividades nos quitan el tiempo y ganas de hacer un esfuerzo extra. Si a eso le sumamos que no tenemos el conocimiento de cómo hacer una composta, además de que sentimos miedo hacia los animales que puedan llegar o los olores nauseabundos por una mala descomposición hacer composta es un trabajo más difícil aún. Pero estos argumentos son indicadores de que vivimos en un tipo de organización social que nos ha dejado sin ganas de hacer composta o cuidar el agua, por poner un par de ejemplos. Se trata de organización social porque observamos que hay grupos que sí pueden integrar a su vida cotidiana una labor de cuidado como lo es la composta.

De tal forma, yo sugeriría re entender que hacer composta a diferencia de basura requiere de interacción e intimidad, a diferencia de la minúscula interacción que tenemos actualmente en nuestra dinámica para deshacernos de la basura. Muchas y muchos ya lo hacen y no son personas aisladas en el campo o fuera de la sociedad. Con el tiempo, la propia composta nos enseña que trabajarla se trata de integrar su procesamiento a lo que de por sí ya hacemos en nuestra vida cotidiana: diariamente nos alimentamos y tiramos basura, frecuentemente tenemos que disponer nuestra basura en camiones o tiraderos, constantemente alimentamos nuestras plantas y nuestros jardines con más tierra fértil –deberíamos hacerlo. Elaborar un esquema de integración de la composta a nuestra vida es labor de cada uno, puesto que no se puede elaborar una receta genérica de cómo y qué consume cada quién ni tampoco de cómo y cuándo desechamos nuestros residuos.



Consideraciones y principios de la composta

La composta es un sistema de transformación para acelerar el proceso de reincorporación y reciclaje de nutrientes en el suelo. En un bosque de manera habitual, escriben lxs investigadorxs de suelo, 1 centímetro de humus o suelo lleno de materia orgánica viva tarda hasta 500 años en formarse. Cuando hacemos composta, debido al tratamiento que damos, podemos generar esta “tierrita” fértil en cuestión de meses, incluso semanas.

La composta cabe dentro de los procesos de fermentación. O sea que para que los compuestos se recompongan es necesaria la acción de microorganismos como hongos y bacterias que consuman y desechen alimentos —recordemos que el desecho de un ser es el alimento de otro, un principio ecológico básico. Como todo proceso de fermentación es importante cuidar las condiciones de oxígeno, temperatura y alimento que le demos a nuestro fermento. Cuando compostamos, lo que verdaderamente estamos haciendo es cuidar la red alimentaria del suelo que está haciendo el trabajo junto a nosotrxs. Por eso, tenemos que darle las condiciones adecuadas de vida.

Las siguientes recomendaciones las hago a partir de los artículos, seminarios y conferencias que ha impartido las expertas mundiales en ecología del suelo, la Dra. Elaine Ingham y Ana María Primavesi, además de un pequeño puñado de publicaciones y artículos académicos.

 

a) Tipos de composta:

Se pueden clasificar en compostas frías o calientes; de lote o continuas; aeróbicas y anaeróbicas. Regularmente la composta caliente esta mayormente relacionada a la composición por lote de forma aeróbica y la composta fría está relacionada a la composta continua que se lleva a cabo con aire. Entre categorías no son excluyentes, puesto que existen diferentes esquemas que se mezclan.

En esta guía nos enfocaremos en las compostas continuas y frías que son una configuración que se ocupa frecuentemente en casa debido a su mecánica práctica.

Una composta continua es aquella a la que “continuamente”, valga la redundancia, agregamos desechos orgánicos. Su contraparte es la composta de lote que es formada por una masa de desechos que no se altera, o sea que no se le agrega ni quita nada hasta que el proceso haya terminado.

 

b) Temperatura

Trabajaremos con compostas frías porque en ningún momento el bulto de composta superará los 40 °C de temperatura debido a su tamaño y composición química de los residuos que agregamos.

En contextos de mayor escala como una granja, finca o fábrica normalmente se trabajan bultos de composta que son lo suficientemente grandes como para conservar su calor. Esto provoca una reproducción bacteriana y fúngica que a su vez incrementará el calor. Se ha estimado que una composta que logra esta temperatura es aquella, que con suficiente cantidad de nitrógeno, tiene por lo menos un tamaño de 80 cm3.


c) Relación de carbono (C) y nitrógeno (N)

Diferentes fuentes escriben que la receta de los ecosistemas forestales habitualmente entra en un rango de veinticinco a treinta partes de carbón por una parte de nitrógeno (25:1 – 30:1). La práctica, ha dejado al mundo compostero con una mnemotecnia muy efectiva. Se dice que los residuos de color café son los que tienen proporción de carbono mayor como hojas secas, aserrín o viruta de madera, papel, cartón, totomoxtle, olotes. Algunas excepciones notables son las cacas de cualquier animal y los granos de café. Por otro lado, los residuos verdes son los que tienen una proporción de carbono menor: residuos vegetales frescos, residuos de café, caca de rumiantes o gallina.

Un comentario que vale la pena hacer es que no hay que dejarse sorprender por los términos químicos. No hay que preocuparse de no saber ni qué son ni para qué sirven. Mientras uno practique lo suficiente, el vocabulario técnico va a venir porque habrá que tener una manera de referirse a lo que unx está percibiendo. Cuando el aprendizaje se acuerpa o incorpora, entonces uno conoce y entra en relación intelectual con lo material. Tampoco hay que tener miedo o inseguridad sobre equivorcarnos en las cantidades de C y N porque ya vienen dadas en una forma muy proporcionada por las frutas, fibras, hojas, cortezas y papeles que desechamos.

Como ejemplo, las y los campesinos conocen tan bien su paisaje y han convivido tanto con este que generan un extenso vocabulario técnico y gramática corporal porque conviven y acuerpan su relación con el entorno. Lxs investigadorxs cuando investigamos estas relaciones y proceso ponemos otros nombres para traducirlos a otros contextos, no porque los que lxs campesinxs han puesto no sean los correctos.


d) Relación de alimento bacteriano y fúngico

Hablo sobre el alimento que les vamos a dar a las bacterias y a los hongos. Este rubro tampoco involucra que nos rompamos la cabeza para saber qué comen las bacterias y qué comen los hongos. De hecho, la misma mnemotecnia del punto anterior también es útil aquí. Verde para las bacterias, café para los hongos, en términos muy holgados, pero útiles. El principio es que las bacterias se alimentan de las cadenas de azúcares que contienen al nitrógeno en cierta estructura, mientras que los hongos que buscamos reproducir se alimentan de las cadenas de polímeros que forman las condiciones estructurales de la materia orgánica, o sea los componentes que los hacen fibrosos o leñosos.


e) Humedad y aeración

Cuidar una composta significa cuidar la vida que se nutre dentro de nuestro bulto de residuos. Estamos mimando a nuestras bacterias, hongos e insectos que se acercan y viven gracias a ella. El contenido de humedad afectará estas relaciones. Casi todos tenemos claro que los hongos se reproducen en ambientes con alta humedad y oscuros. Es por eso que es importante mantener una composta bien humedecida, mas no escurriendo. Yo siempre recomiendo que en un lugar con sombra para no matar a nuestras bacterias y hongos. El exceso de humedad junto con la falta de aeración resultará en condiciones anaeróbicas que no deseamos para este tipo de composta. Queremos reproducir las bacterias y hongos que se reproducen con aire porque tienden a ser los microorganismos que combaten y sobreviven a los organismos patógenos que no queremos.


Lectura del lugar

Muchas veces que me preguntan cómo hacer composta, las respuestas no las doy yo, sino las formas en las que ya se encuentran relacionándose las plantas de nuestros jardines y macetas, los animales que merodean, la comida en nuestro refrigerador e incluso la forma y la distribución del concreto donde vivimos. Pero carecemos de las herramientas para observar estos elementos. Por eso es importante construir nuestras habilidades para considerar el entorno. Necesitamos sentir nuestro el lugar que nos rodea: ver, escuchar, oler qué sucede a nuestro alrededor. La creación de una caja o una pila de composta es el procesamiento de un sistema vivo, por lo tanto reconocer las características del sitio donde vivimos y realizamos este proceso es importante para poder hacer uso de los materiales que salen de ahí, cuáles son las mejores condiciones de trabajo y cómo va a interactuar este sistema con el entorno.

Una excelente lectura del lugar podría involucrar cómo se ha transformado el lugar donde vivimos a través de los años. Quizá preguntándoles a nuestros abuelxs, a lxs expertxs del barrio o revisando libros donde podamos conocer un poco de la historia ambiental del sitio. Además esto nos servirá para tener una percepción de qué tipo de vegetación crecía habitualmente en ese lugar y cuál eran las plantas nativas o las plantas que se pueden adaptar. Nuestra composta puede servir para nutrir estos ecosistemas.

A través de la lectura del lugar podremos averiguar cuáles son los lugares donde podremos obtener ingredientes para nuestra composta, así como materiales útiles. También sabremos cuál es el mejor sitio para colocar nuestro sistema de composta. Habiendo dicho esto, hay algunas consideraciones particulares para compostar:


a) Selección de espacios de trabajo

Entendiendo bien las condiciones del espacio donde vivimos, sus dinámicas y limitaciones tendremos más herramientas para hacer una selección correcta de los espacios. En la imagen 1, 2 y 3 muestro diferentes formas de organización de los espacios que ocupo para materiales o procesos de la composta.

Sink with a small food scrap bin beside

Imagen 1. El botecito de tapa azul es el sitio donde dispongo los residuos que voy cocinando diariamente. Me parece práctico tenerlo junto al fregadero de platos.

Porche frontal de casa en Oaxaca

Imagen 2. Actualmente revuelvo mi composta en el pórtico de mi casa que tiene espacio suficiente. El huacal con mi composta está acomodado en ese mismo pórtico.

Dibujo lay out composta en departamento

Imagen 3. Cuando vivía en un pequeño departamento revolvía mi composta en la estancia. (Los mismos materiales de la imagen 2.)

b) Herramientas útiles

Solo hay una herramienta indispensable. Fuera de esta, todo lo demás es prescindible, puede ser sustituido o intercambiado por otra herramienta. Es cuestión de observar qué tenemos alrededor que pueda servirnos para hacer el proceso.

  • Cuerpo: instrumento principal. Las manos me sirven para sentir el calor, la humedad, además son excelentes instrumentos para revolverla. Con mis otros sentidos huelo y veo lo que sucede en ella.

  • Pala: que me sirve para sacar la composta del huacal y para revolver.

  • Bieldo: Un bieldo es una herramienta muy útil en el jardín y en el campo, ya que sirve para sostener materiales que se amalgaman, pero sus dientes sirven muy bien para separar una sección de otra. Especialmente para pilas de composta grandes el bieldo es una herramienta muy práctica. También lo podemos ocupar introduciendo sus dientes a la pila y hacer pequeños movimientos de separación para airear nuestro sistema.

  • Tijeras de poda: las ocupo para cortar palitos, hojas o cualquier material para mezclarlo más fácilmente.

  • Lona/loneta: ocupo una especie de lona de plástico donde vacío la composta para hacer la revoltura. Evita que tengamos que limpiar el piso de casa después de revolver.

  • Criba o colador de arena: esta herramienta es necesaria para facilitar el trabajo de separación de los gránulos de composta que se forma. Podemos tener una composta más fina o de granos más gruesos.

  • Caja, huacal, bote o revolvedor de composta: muy útil para espacios cerrados. Cualquiera de estas herramientas cumplirá el propósito de contener en un sitio la composta sin que esté desparramada.

 

Imagen 4. pala pequeña de jardinería casera, tijeras de poda y lona negra

 

c) Suministros de la composta

Observar es la clave. ¿Tenemos árboles en casa o vecinos con árboles? ¿Podemos traer papel o cartón de nuestros centros de trabajo? En muchas ocasiones nos encontramos detenidos porque creemos que no podremos obtener los suministros necesarios, pero es cosa de preguntarle al vecino por ese costal de hojas que barre y entrega semanalmente al camión de la basura para encontrarnos con una fuente gratuita y constante de materia seca para que podamos usarla en nuestra composta.

  • residuos de comida: Todos. Mucha gente dice que no se pueden agregar cosas como lácteos, pan, carne o huesos. La razón es que requieren más atención al proceso para asegurar la inocuidad del producto final. ¡Pero sí se pueden añadir! Para mí, mejor compostar estos residuos que tirarlos a la basura y generar ratas no en casa, pero en el tiradero municipal. Con atención constante y un buen cuidado, no tendremos que sufrir por estos compañeros. Además, junto con nuestra sanación hacia el trabajo de la tierra, también tenemos que sanar nuestra relación con los animales no-humanos.

  • cacas de animales: incluso la de los humanos es posible. Muchas veces recomiendan no hacerlo porque es más fácil que los patógenos subsistan y cuando ocupamos esta composta en nuestras hortalizas estos patógenos quedan en la superficie y pueden enfermarnos. Sin embargo, una composta que utilice excrementos con buena atención y cuidados puede ser hasta más beneficiosa por la cantidad de fertilizante que tiene en forma de nitrógeno gracias al excremento. Si uno no está seguro de su proceso, de todas formas esta tierra fértil puede ser utilizada en árboles y plantas de ornato no comestibles.

  • orina: una gran forma de mantener humectada la pila.

  • papel y cartón: alimento fúngico. Sirve para nivelar la humedad de la composta porque normalmente vienen secos.

  • viruta de madera o aserrín: súper alimento fúngico. Su composición también sirve para nivelar la humedad, ya que su masa absorbe mucha agua y frecuentemente también están secos.

  • hojas secas: material que es muy fácil de conseguir en un jardín o de personas con jardines o árboles fuera de sus casas.

  • agua y aire: ¡Indispensables! Tan indispensables como fáciles de conseguir puesto que el aire ya está dado por el medio ambiente y casi todxs tenemos un acceso seguro y sano al agua. Si no hay acceso seguro al agua, tener una composta es una forma sumamente eficiente de conservar más recursos hídricos cuando llueva en ese lugar. Cuando un suelo tiene más materia orgánica, más capacidad de conservar agua tiene. Además si se permite que crezcan alimentos, el agua que está contenida en el suelo, pasará a estos alimentos.

Imagen 5. Papel kraft desechado desechados de una oficina que yo recorté y guardé.

Imagen 6. Cunado tengo periódico lo hago pedazos y lo guardo en una bolsa.

Imagen de árbol con hojarasca debajo

Imagen 7. Árbol frutillo o mandimbo del cual tomo la hojarasca para la composta.

Procesamiento

A continuación haré una descripción general del proceso. Los pasos pueden cambiar un poco debido a que el aprovisionamiento de los suministros y las herramientas que cada uno tengamos va a cambiar ligeramente el procedimiento de cada quién.

1. Juntar dos partes de residuos cafés por una parte de residuos verdes:

Cuando uno va a empezar la composta es tan fácil como revolver estas dos partes y cubrir con más materia seca para que no lleguen moscas. En la Imagen 8. podemos ver mi huacal compostero, por un lado acomodé los nuevos residuos a los que tengo que agregar residuos cafés para revolver junto con mi composta. Imagen 9.

2. Revolver bien

Hay que integrar de la mejor forma posible los diferentes elementos para que haya una buena mixtura entre los alimentos bacterianos y fúngicos. Ver imagen 10.

3. Humedecer y revolver nuevamente

Hay que mantener bien humedecida la revoltura para que los mohos tengan una buena cantidad de agua para seguir sus procesos de vida. Imagen 11.

4. Cubrir el bulto con más material café para que no entren moscas.

No es indispensable, pero podemos cubrir el bulto de composta con hojas secas, aserrín o papel para que no se paren moscas encima de este.

5. Revolver el bulto cada tanto

Agreguemos o no nuevos residuos es conveniente revolver el bulto intentado que las partes que quedaron en las orillas puedan quedar al centro para que toda la compostura se transforme de manera uniforme.

6. Agregar nuevos residuos una o dos veces a la semana

Agregar residuos diariamente vuelve el trabajo tedioso. Es más práctico agregar los residuos una vez a la semana asegurándonos de mezclarlos proporcionalmente con materia café. Una vez que los agreguemos los podemos poner en el interior de la composta para que no se paren moscas. Imagen 12.

7. Dividir bulto, reposar y reiniciar proceso

Cuando el bulto tenga un tamaño superior al de nuestro recipiente. O incluso si es menor, pero ya tenemos mucha materia orgánica negra y parece tierra, entonces es conveniente dividir el bulto. Podemos colar con una criba de albañil o separar con las manos, pero es necesario hacerlo. De otra forma nuestro bulto de composta crecerá infinitamente y nunca concluirá su proceso.

Aunque ya esté separado y eso parezca de color negro. Esa compostura todavía no es humus, el resultado final de la composta. Es necesario que repose y que se siga revolviendo añadiendo agua para humedecer sin agregar más cafés o verdes. Puede revolverse cada mes, pero entre más se revuelva, más rápido se hará. Hay que recordar que es un proceso que requiere oxígeno.

8. ¡Ocupar!

El humus o materia orgánica del suelo fértil es un elemento indispensable en la ecología del suelo. Detona los procesos fisiológicos de nutrición de las plantas y su entorno asociado. Hay que ocuparlo en las plantas de la banqueta, en nuestras macetas, en nuestros jardines, en los riachuelos de nuestra casa.

Imagen 8. Huacal con composta. Residuos nuevos están en la parte de arriba esperando a que los integre con lo demás.

Imagen 9. Composta dispersada sobre la lona. Se puede ver todavía la heterogeneidad del compuesto.

cortando hojas de totomoxtle con tijeras de poda

Imagen 10. Corto hoja de totomoxtle para revolver e integrar con mayor facilidad.

Mezcla de composta revuelta

Imagen 11. Elementos de composta revueltos.

Imagen 12. Procuro que la materia residual verde más fresca quedé en el centro bien revuelta con materia café.

Costal con composta en reposo

Imagen 13. Costal de 15 kg con composta vieja en proceso de reposo.

Análisis sensorial

Inspección olfativa

El sentido más importante para compostar. El humus y la composta tienen el característico y tranquilizante olor a tierra mojada de bosque. Punto.

Si la composta no huele a nada o huele a tierra, hace falta humedad y sobra materia café.

Si la composta huele pútrida, a huevo podrido o amoniaco entonces sobra humedad, hace falta aire o ambas.

Inspección visual

La composta tiene que tender al color negro. Es una señal mala ver puntos naranjas o azules. No hay que acongojarse, hay que trabajar bien. No pasa nada si se echa a perder, solo hay que ponerse a trabajar de formar correcta y recuperarla. Repararla siempre es posible.

Visualmente comprobaremos si existen larvas de moscas y hormigas principalmente. No nos gustan las moscas porque se paran sobre todas las cacas y pueden acarrear patógenos. Pero sí la composta se caliente y reposa lo suficiente, estos morirán. Si hay hormigas, entonces tenemos la indicación de que tenemos que humedecer mejor.

Inspección táctil

Sobre la temperatura: es importante tocar y darnos cuenta que la temperatura se está incrementando para saber que el proceso se está llevando a cabo correctamente. Si no sube de temperatura hay algún desajuste.

Sobre la textura: conforme vaya transcurriendo el tiempo observaremos que las partículas se van transformando y haciendo más pequeñas. Comienzan a suavizarse y tienden a formar gránulos.

Sobre la humedad: nuestra mano tiene que estar claramente mojada (sin escurrir) cuando tocamos la composta. La prueba, dicen, es coger un puñito, exprimirlo y comprobar que solamente una gotita escurre o que la mano se nos moja.

Imagen 14. A la derecha de mi criba, una pequeña bolsa con humus: composta ya recuperada del bulto y reposada por varios meses.

Imagen 15. La humedad es indispensable. Nunca tiene que chorrear ni un poquito, pero si tiene que estar muy húmedo. Tiene que dejar un palma húmeda si la tocamos.

Intentar hacer composta es una labor enriquecedora, meditativa y profunda. Es una actividad que nos reconecta al vivir contemplativo de la naturaleza y nos quita el velo constante de la racionalidad.

FIN.


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