Un nuevo propósito
La expresión es, tal vez, el propósito que tenemos como seres humanos. Es, ciertamente, una necesidad, y en la necesidad está el propósito: nacemos, crecemos, nos reproducimos y morimos. También nos expresamos, agrego. Como seres vivos compartimos este ciclo biológico fundamental con plantas y animales: nacer, crecer, reproducirse y morir. ¿Por qué no agregar ésta, la expresión?
Tengo la teoría de que las plantas también se expresan, pero debido a su incapacidad de hacerlo explícitamente han germinado un plan: la planta involucra a un agente externo —animal, usualmente— que incrementa su traslación, vegetalmente restringida, otorgándole movimiento; de esta forma se reproduce, se comunica con sus semejantes y logra a sí misma descifrarse. Es, por tanto, el hombre un instrumento que ocupan éstas para su mutuo reconocimiento y expresión.
Es el mezcal la esencia y representación espirituosa de la planta, y es también otro mecanismo de comunicación para ésta, uno que ha llegado a tener valor y vida en sí. O tal vez, la vida siempre la ha tenido siendo la esencia de la planta. Dentro de una copa de cristal es la planta condensada comunicándose: la expresión metafísica de la planta.
La afirmación "sólo lo difícil es estimulante" de Lezama Lima en su ensayo La expresión americana, donde incorpora, de lo autóctono americano y lo europeo, la exposición cabal del americano —y lo americano—, siendo, justamente, el mezcal un argumento preciso de esto, tiene una particular connotación en el contexto de la planta y el mezcal: difícil es entenderlos, acaso por la imagen hostil y misteriosa que presentan, entonces, apartados, los contemplamos, en estampas de geografías lejanas, marginados. Sin embargo para algunos generan un estímulo que, literalmente, los alienta al trabajo. Son los palenqueros, vinateros, taberneros —productores de mezcal— he comprobado, los que con audacia escuchan y se vuelven confidentes de lo natural. Hombres que de primera mano logran entender el discurso oculto de la planta y el mezcal.
Para dar a conocer el discurso del maguey y el mezcal es necesario ponerlos en un contexto geográfico, social, biológico, cultural, ambiental, industrial... y es por demás complicado, si no imposible, que la labor de un solo hombre pueda presentar un saber digno. Es la labor, experiencia y conocimiento de varios, así como la diversidad de opiniones y percepciones, los que podrán difundir dignamente la expresión de estos sujetos. El hombre es una pieza significativa del ecosistema de la vida, debe continuar con su labor de comunicación, y medio de comunicación a la vez, para la preservación de lo natural. Si efectivamente nuestras necesidades son nuestro único propósito en el universo, y el ciclo está ya determinado, entonces hagámoslo valer: no podemos elegir ni el instante del nacimiento ni de la muerte, pero sí podemos escoger el momento de la expresión.